Desarrollo de las habilidades fundamentales
(traducido del sitio Tips for Soccer Moms and Dads por Daniel Frankl)
LA FASE INFORMAL: Grados K - 4 (Edad 5-9)

La meta de la fase informal es reforzar las habilidades motoras fundamentales y el desarrollo de las habilidades futbolísticas básicas individuales, esto es, el control del balón, tanto estacionario y en movimiento con paso lento hasta intermedio. Para "enganchar" a los chicos al fútbol, se debe hacer especial énfasis en la creación de un ambiente de diversión y no intimidante para niños. Una atmósfera amigable para niños ciertamente va a resultar en una reducción en el número de jóvenes que le digan a sus padres en los dias de prácticas o partidos, que no desean ir al fútbol.

El enfoque de cada sesión de práctica debe ser puesto en amplias oportunidades para la participación activa y de calidad. Numerosos estudios han demostrado repetidamente que, de todos los factores, el mas importante para obtener conocimiento y habilidad motora es la práctica (time on task). Sin embargo la actividad en si misma no logra la "perfección". Una práctica bien planificada, organizada y llevada a cabo lo logra. Así, cada niño debe tener un balón invidivual y el entrenador debe estar preparado para brindar información fluida, interesante, comprometedora y exacta. En este nivel, los niños deben ser animados a usar varios tamaños de balones, permitirles manipular el balón tanto con las manos y con sus pies, de manera relaciona o nó con el fútbol.

En función de maximizar la participación y satisfacción del jugador durante los partidos, se debe dar especial atención a la organización e implementación de la experiencia del "Juego del sábado". Dado que para la mayoría de los chicos, el dia del partido es su segunda o tercera experiencia fútbolística durante la temporada de fútbol, solo entre el 30% al 50% del tiempo pasado en la liga es tiempo de juego. Jugar es la meta última de los campeonatos infantiles de fútbol. Además es (al menos se supone) la parte mas emocionante y divertida de la participación. Resultados preliminares de un proyecto piloto de fútbol infantil de California del Sur (Frankl, 1997) demostró que en partidos entre niños de 5-8 años, con equipos de 9 o mas por lado, menos del 30% de los participantes domina el juego por mas del 70% de la acción. Por ejemplo, el análisis del desarrollo de un juego de la División 6 de niños de la AYSO mediante el uso de video y el programa Second Look for Soccer, reveló que de un total de 312 contactos con el balón por los nueves miembros del equipo "A" durante los 40 minutos del partido, 4 jugadores hiciero un total de 260 (80%) contactos con el balón.
Los restantes 5 jugadores (jugando un tiempo similar y siendo rotados, incluyendo la posición de arquero) contactaron el balón 52 veces, o 10.4 contactos por jugador durante el partido. Se debe anotar aquí, que no está disponible actualmente un análisis cualitativo de los "contactos totales".

En base a la observación anterior y al concenso general de la literatura especializada, los partidos entre niños deben ser jugados en campos relativamente pequeños con 4 a 5 jugadores por lado. Además recomiendo eliminar la posición de arquero por las siguientes razones:
(1) Impone una desproporcionada responsabilidad por el resultado del partido al niño o niña que cubre esta posición.
(2) Es una posición muy pasiva, sin mucha acción y con pocas oportunidades para intervenir.
(3) Típicamente, el arquero que obtiene mucha acción, es el chico desafortunado que no puede sacar o distribuir el balón apropiadamente recibiendo el rebote en contra.
(4) La posición de arquero en el grupo de edad de 6-9 años hace que marcar goles sea cosa virtualmente imposible.
(5) Debido a que esta posición es muy crítica para ganar, los entrenadores son tentados a usar únicamente arqueros competentes, creando así inapropiadamente un enfoque y especialización temprana.
(6) Los entrenadores que carecen de entendimiento del juego y del peso de la posición de arquero, tienden a llenar la posición con niños sin mucha habilidad, quitandoles la expericiencia de campo que tanto requieren.

Los niños en este grupo de edad disfrutan de los juegos organizados pero encuentran las reglas complejas y los requerimientos posicionales difíciles de seguir. Por lo tanto, las reglas de juego deben ser simples, involucrando solo las habilidades básicas, e incluyendo no mas de 2 o 5 chicos por equipo. Los entrenadores deben vestir distintivamente y deben ser permitidos en el campo. Los niños deben ser involucrados en el arbitraje de sus partidos (con supervisión de adultos); los árbitros deben facilitar e instruir, no dictar reglas. Como lo apunta Leonard Koppett, destacado reportero deportivo y columnista:

La parte más importante del juego es aprender como preparar el partido, seleccionar lados, acordar con sus compañeros, hacer compromisos, responder adecuadamente, sujetarse a las reglas para que el juego pueda continuar... Estas importantes funciones civilizada son pasadas por alto en las ligas de adultos.

Los niños de 5-7 años de edad deben recibir continuamente refuerzo positivo junto con retroalimentación referente a las "aproximaciones sucesivas" (que parece, pero no es exactamente referente a la técnica correcta) a la habilidad con poco o ningún énfasis en el rendimiento.
El enfoque de la comunicación entrenador/jugador/padre debe ser el proceso de la acción o como se ejecuta la habilidad.

Con el fin de facilitar las espectaciones positivas de eficacia (el punto de vista individual sobre destrezas y potenciales propias, ejemplo, "¿Puedo controlar el balón?" "¿Puedo jugar de defensa?") y un resultado positivo de dichas espectativas (jugar bien como defensa o hacer un gol) en los niños pequeños, el término "ganador" debe ser redefinido. Si ganador es un persona que puede ejecutar hoy un poco mas que lo que el o ella logró la semana pasada, todo niño se convierte en ganador. Exito repetido y un mejoramiento constante puede ser logrado a través de una aprendizaje progresivo y modelo participativo.

Cada tarea, ejemplo, el control del balón, debe ser divida en un número de partes lógicas y coherentes. El niño entonces observa a un demostrador quien procede a asisitir al niño en la forma correcta de ejecutar la tarea. Este formato fue seguido por el modelo de autoeficacia de Albert Bandura (1982), y es crucial para el desarrollo de sentimientos de competencia y auto estima en los jóvenes atletas.

Copyright © 1996-00 Daniel Frankl, Ph.D.

Esta página ha sido traducida y publicada con la autorización del autor: Dr. Daniel Frankl, la versión original en inglés se puede encontrar en Fundamentals


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